Hace ya años, la incorporación y uso de las fibras de polietileno ( PE ) para la producción de césped artificial supuso un salto notable en cuanto a la suavidad que se podía conseguir con este polímero. Sin embargo, también es cierto que el punto crítico de resistencia al calor es menor que otros materiales ( como el polipropileno que se suele emplear para la base/raíz del césped artificial )
El polietileno puede permanecer estable hasta temperatura próxima a 75ºC. A partir de esta temperatura el material se vuelve mucho más sensible e inestable, y las fibras comienzan a sufrir un encogimiento paulatino y creciente. Dicha contracción es irreversible, ocasionando una deformidad en las fibras afectadas
El siguiente cuadro muestra la referencia de 75ºC como punto crítico del polietileno, y cómo a partir del cuál se produce un claro aumento en el ratio de encogimiento de las fibras
Por ejemplo, en el caso de un césped instalado en un jardín o terraza con orientación sur y expuesto al sol en las horas de más intensidad de calor ( de 12 a 17 horas ), hay que tener especial cuidado si el césped está instalado junto a paredes o superficies verticales especialmente reflectantes ( ventanas, puertas de cristal, paredes blancas lisas, baldosas, planchas metálicas o cualquier elemento similar que pueda reflejar la luz las cuales pueden hacer de “espejo”, reflejando la radiación solar que reciben sobre la zona de césped más próxima, que recibirá el doble de radiación ( la que recibe directa y la que recibe por reflexión ), lo que hace que la temperatura supere el punto crítico de resistencia del polietileno, ocasionando una banda de +/- 15-30 cm de material dañado junto a la superficie reflectante
Puede producirse también el efecto termotransferencia,que es dejar algo en la superficie del cesped (unas patas metálicas,un balón de plástico, una botella de agua,un flotador),que trasladan el calor al cesped y puede dañar la fibra.
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